Está documentado que el nombre de Rivoyra Sacrata se refiere al refugio de monjes y ermitaños desde los tiempos de los Suevos en la gargantas de los ríos Sil y Miño.
Hasta una docena de monasterios se encuentran asentados en estos parajes, en rincones que invitan a la reflexión. En ella los límites de la tierra son tan imprecisos como los del cielo, pues nadie sabe aún donde empieza, o donde acaba, la Ribeira Sacra.
Monasterios e iglesias se sitúan estratégicamente en puntos de excepcional valor ambiental y
paisajísticos, casi siempre en excelentes miradores naturales, desde los que se puede apreciar mejor que en ningún otro lugar un pasaje muy poco habitual al abrigo de las escarpadas laderas de las montañas que generan un microclima natural qhue favorece el cultivo tanto de la tierra como del espíritu.